Realizado, como en otros ejemplos de su producción arquitectónica, en colaboración con Joaquín Otamendi, en la actualidad acoge la sede central del Instituto Cervantes en Madrid. También conocido como el edificio de las Cariátides, por las cuatro figuras helenísticas que flanquean su entrada principal, el edificio presenta una estructura que remite, indudablemente, a un templo griego bajo una suerte de orden clásico modernizado.

Al contrario de lo que ocurre en otros muchos ejemplos de su arquitectura, en los que las formas se ven dominadas por la verticalidad, el Banco Español del Río de la Plata hace gala una horizontalidad que supone un auténtico desafío por el emplazamiento del inmueble en una gran urbe como la ciudad de Madrid. Podríamos hablar, incluso, de un curioso planteamiento dialéctico a este respecto si se analiza este predominio de la horizontalidad en la Sede del Instituto Cervantes con otra propuesta marcadamente horizontal, el Hospital de Maudes. Este último, realizado en la misma época, resuelve su horizontalidad con un movimiento expansivo, frente a la concentración y distribución “centrípeta” del el Banco Español del Río de la Plata.