Considerado como una de las principales aportaciones de Antonio Palacios al patrimonio industrial de la ciudad de Madrid, los talleres del Instituto Católico de Artes e Industrias contaban originalmente con un edificio, de estilo neomudéjar e ideado por Erique Fort, que sería completado con el trabajo de Palacios, quien resuelve el encargo con una elegante sencillez, a través de un conjunto de naves con abundante luz natural, altos ventanales y lucernarios en las cubiertas.