Este edifico es la muestra más importante, en Galicia, de los proyectos de arquitectura industrial de Antonio Palacios. Se trata, además, de otro buen ejemplo de la vertiente “regionalista” del arquitecto, si bien no repite todas las características comunes con otros edificios que pueden ser interpretados como deudores de dicha tendencia. En esta ocasión, su carácter de arquitectura regionalista se concentra en el aire de fortaleza medieval y en el carácter natural de la piedra empleada, bañada la edificación por un aire de materia en bruto similar el que presenta Monasterio de la Visitación de las Salesas Reales (Vigo).

También a diferencia de otras edificaciones del arquitecto, este edificio se encuentra en emplazamiento aislado, en medio de un paraje natural por el que discurre el río Tambre. Escenario asilvestrado que dialoga poéticamente con las formas arquitectónicas de Palacios más cercanas a su origen.